La Fiscalía General de Yucatán enfrenta serias acusaciones de corrupción, omisión y encubrimiento en casos de alto perfil. Estas denuncias han generado dudas sobre la independencia de las instituciones judiciales, señaladas por operar bajo la influencia de Mauricio Vila.
El caso del empresario Fernando Barbachano Herrero, despojado de su histórico hotel Mayaland, es solo uno de los ejemplos de cómo el sistema judicial parece favorecer a intereses privados. Otro caso, el de Inverco y el proyecto fraudulento “Pedregales de Misnebalam”, expone la inacción de las autoridades ante las víctimas de estos delitos.
Joaquín Díaz Mena tiene el reto de desmantelar este legado de impunidad. Las acciones que tome en los próximos meses serán cruciales para definir el futuro de la justicia en Yucatán.