La psicología nos enseña que la mente humana es profundamente adaptable. Sin embargo, muchas personas enfrentan desafíos emocionales, cognitivos o conductuales que afectan su calidad de vida, pero eligen no buscar ayuda profesional. En este artículo, conoceremos -junto a la psicóloga clínica Sara Helena López Moreno– cómo esta decisión puede tener consecuencias significativas en la salud mental y física, las relaciones personales y el desarrollo personal.
1. El estancamiento emocional y la perpetuación del malestar
Una de las principales consecuencias de no realizar cambios cognitivos o conductuales es el estancamiento emocional. Las personas pueden quedarse atrapadas en patrones de pensamiento negativos, como el catastrofismo, la autocrítica excesiva o el pesimismo, lo que refuerza emociones como la ansiedad, la tristeza o la ira.
Por ejemplo, alguien que constantemente interpreta los eventos desde una perspectiva negativa puede perpetuar su sensación de desesperanza, aumentando el riesgo de desarrollar trastornos como la depresión o la ansiedad crónica. –agregó la experta especializada en atención psicológica infantil, adolescentes y adultos; psicoterapia individual, parejas y familiar.
2. Impacto en la salud física
La conexión entre la mente y el cuerpo es innegable. Ignorar la necesidad de cambios puede derivar en problemas de salud física, como:
Trastornos del sueño.
Dolor crónico (migrañas, dolores musculares).
Problemas gastrointestinales relacionados con el estrés.
Aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Las emociones no reguladas y los pensamientos disfuncionales pueden generar estrés crónico, un factor que impacta negativamente en el sistema inmunológico y otros sistemas del cuerpo.
3. Relación deteriorada con los demás
Los problemas cognitivos y conductuales no resueltos suelen manifestarse en las relaciones personales. Las personas que no trabajan en su autoconocimiento o habilidades de comunicación pueden experimentar conflictos recurrentes, aislamiento o dificultades para mantener vínculos saludables. Por ejemplo, alguien con dificultades para manejar la ira podría herir a sus seres queridos y, con el tiempo, romper la confianza en esas relaciones.
4. Pérdida de oportunidades y desarrollo personal
La psicóloga Sara Helena López Moreno, quien también atiende diferentes afecciones como Gastritis por estrés, enfermedades y dolor crónico, TEPT, Ludopatía, Ansiedad, Trastorno de dolor somatomorfo, Comportamiento suicida, Conducta agresiva, TAG, Depresión crónica, Deseo sexual inhibido y Duelo, entre otras, destacó que el miedo al cambio y la resistencia a buscar ayuda pueden limitar el crecimiento personal. Patrones como la procrastinación, la evitación o la falta de confianza en uno mismo pueden impedir que las personas aprovechen oportunidades laborales, educativas o sociales. A largo plazo, esto puede llevar a una sensación de frustración y estancamiento.
5. Mitos y estigmas sobre acudir al psicólogo
Un obstáculo común es el estigma asociado con la terapia psicológica. Muchas personas creen erróneamente que pedir ayuda es signo de debilidad o que “los problemas se solucionan solos”. Sin embargo, ignorar la necesidad de apoyo profesional puede prolongar el sufrimiento y empeorar las condiciones emocionales o mentales.
Los psicólogos ofrecen herramientas prácticas y personalizadas para promover cambios sostenibles en la forma de pensar y comportarse, mejorando la calidad de vida del paciente.
6. El efecto acumulativo del no cambio
Una de las principales características de los problemas psicológicos no tratados es que tienden a acumularse con el tiempo. Lo que comienza como una preocupación menor puede escalar hacia un problema mayor, difícil de manejar sin intervención. Por ejemplo, la ansiedad no tratada puede evolucionar en ataques de pánico recurrentes o agorafobia, restringiendo cada vez más la vida de la persona.
Rompiendo el ciclo
La resistencia al cambio cognitivo y conductual, junto con la negativa a buscar ayuda psicológica, puede tener consecuencias profundas y de largo alcance. Reconocer la necesidad de ayuda no es un signo de debilidad, sino de fortaleza y autocompasión.
Los psicólogos pueden proporcionar un espacio seguro para explorar emociones, desafiar creencias limitantes y construir herramientas que faciliten un cambio positivo. Invertir en el bienestar psicológico no solo mejora la calidad de vida actual, sino que también siembra las bases para un futuro más saludable y equilibrado. -Finalizó la especialista.
La psicóloga Sara Helena López Moreno, quienes Maestra en Psicología Clínica de la Salud, brinda sus servicios en su consultorio ubicado en el número 1114 de la Torre CÉNIT. Calle15 #501 x 18 y 22 Fracc. Altabrisa, en Mérida, Yucatán.
