MÉRIDA (Junio 4, 2019).– La temporada 31 de la Orquesta Sinfónica de Yucatán (OSY) concluye con las presentaciones de la ópera “Cavalleria Rusticana”, con música de Pietro Mascagni y libreto de Giovanni Targioni-Tozeeti.
“Nobleza rústica o Caballerosidad rústica”, por su título en español, se desarrolla en Sicilia, una de los poblados más pobres de Italia, durante la fiesta de Pascua. De acuerdo con el material de prensa, la historia gira “en torno de la infidelidad, el amor no correspondido, el duelo y el drama que se convierte en tragedia.
En un acto, Cavalleria Rusticana retrata las vivencias de la clase pobre, sin dioses, héroes o monarcas, lo que convierte a la ópera en una joya del verismo.
La presidenta del Patronato para la OSY, Margarita Molina Zaldívar, recomendó ver la ópera, la cual definió de compacta y preciosa, pero que a la vez tiene todo, personajes fuertes y llenos de pasión. “A los que nunca han escuchado ópera es una buena (opción) para empezar”.
“Tiene todo”, afirmó Juan Carlos Lomónaco, director titular de la Compañía. Dramas, celos, pasión, una música y arias hermosas, coros y escenografía extraordinaria son los ingredientes que realzan a una de las joyas del verismo.
Para la producción, la OSY recurrió por tercera ocasión a Ragnar Conde y su equipo creativo que ha concebido una gran puesta en escena.
Dicho por el director general de la Fideicomiso Garante de la OSY, Miguel Escobedo Novelo, invirtieron tres millones de pesos en la producción para que una vez se levante el telón, el público diga: ¡Wow!
La puesta en escena está concebida para que el respetable “viaje a Italia, a la época que se desarrolla la historia”.
Por su parte, el director de escena Ragnar Conde precisó que la ópera habla de los usos y las costumbres las comunidades de Italia de finales del Siglo XIX, que en la actualidad aún se conservan en una capsula en el tiempo.
–En el fondo, por mucha tecnología que tengamos, no hemos evolucionado ni hemos cambiado tanto. Seguimos siendo seres impulsivos, apasionados, que nos enamoramos, que sentimos celos, que podemos ser muy crueles como sociedad, pero también podemos tener altas expectativas y devociones y grandes celebraciones, siempre, en busca de ideales –señaló.
Los detalles en cuanto al trabajo escénico son muy grandes, añadió. “Se trata, no solamente, de reproducir estas acciones en este pueblo. Sino entender por qué reaccionamos cómo lo hacemos, al final de cuentas lo que sucede en el escenario es un fragmento de vida, es una especie de laboratorio de la humanidad, donde nosotros podemos vernos reflejados a nosotros mismos”.
Para la escenografía, es una recapitulación de la arquitectura italiana de las épocas medieval, renacentista hasta finales del Siglo XIX. “La iconografía religiosa, en esta obra, es importantísima. Estuvimos trabajando en los detalles para que sea el fiel testigo del drama que se vive en el pueblo y los personajes”, precisó el escenógrafo Óscar Altamirano.
La escenografía es monumental, pero al mismo tiempo tiene muchísimos detalles de la arquitectura del sur de Italia. “Junto con la iluminación se van a crear esos ambientes mediterráneos, calurosos… Con detalles de utilería vamos a poner en contexto la vida que tenían en el pueblo”, añadió.
Con respecto al vestuario, el diseñador Gabriel Ancira mencionó que se cuidaron todos los detalles. El proceso fue una investigación de las costumbres vigentes en las iglesias. “Qué significa cada prenda, color, objeto plasmado en el vestuario y las telas que se pueden trabajar”, comentó.
La iluminación está a cargo del argentino Carlos Arce, quien ha colaborado en múltiples espectáculos de teatro, danza, ópera a nivel nacional e internacional. Es el diseñador de iluminación de la Compañía de Ópera de Morelos; en 2012 fue el creativo en la iluminación de “Sansón y Dalila” en el teatro Peón Contreras.
Los boletos están disponibles en las taquillas del Teatro Peón Contreras con costos de 250 pesos, $500, $600 y $750 o en línea a través de www.sinfonicadeyucatan.com.mx.
Por Irbin Ramón Flores Palomino