Carroñero electoral, sin sensibilidad por el dolor humano, desesperado porque su campaña sigue en picada, el candidato de la coalición Morena-Verde-PT a la gubernatura, Joaquín Díaz Mena (a) “El Huacho”, lucra con el fallecimiento de un joven por infarto, replicando en sus redes sociales versiones de medios con los que tiene convenios económicos, según las cuales el partido guinda “es víctima de violencia sistemática en Yucatán”.
En marcado contraste con el silencio que guarda ante las evidencias periodísticas de que Morena está trayendo agitadores vinculados con células de grupos criminales que operan en Campeche y Quintana Roo, entre otras entidades gobernadas por la 4T, anoche, ya casi de madrugada “El Huacho” rápidamente difundió su versión distorsionada de un zafarrancho en el municipio de Chankom, entre dos grupos antagónicos que se disputan esa plaza.
En el marco de esa trifulca, un joven falleció de un infarto de acuerdo con las primeras investigaciones del Servicio Médico Forensa, pero en un acto que pinta de cuerpo entero su carencia de ética y su irresponsabilidad social, Díaz Mena difundió las versiones manipuladas de un imaginario ataque artero en pandilla, con armas de fuego, en contra los expriistas que ahora apoyan a Morena en ese municipio oriental.
En sus redes sociales dejó la evidencia de su carroña política. Sin conocer lo que sucedió en Chankom, se tiró al suelo asegurando que esa pérdida humana es un eslabón de la cadena de supuestas agresiones de candidatos de Morena en Tekantó, Chaksinkín, Panabá, la comisaría meridana de Dzityá…
Por segunda ocasión (la primera fue en las elecciones de 2007) la estrategia polarizadora del “padre de la guerra sucia en México”, Antonio Solá Reche, lleva al sumidero otra campaña a la gubernatura en Yucatán.