CIUDAD DE MÉXICO (Mayo 10, 2019).– En México, el término “madre” no sólo refiere a la persona que nos dio la vida, también representa distintos tipos semánticos, ofensivos o no, según el contexto. “Hay una ambivalencia en los usos que le damos al vocablo, ya sea de manera positiva o negativa; es impresionante la cantidad de composiciones que origina esta palabra”, señaló María Leonor Orozco Vaca, del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFL) de la UNAM.
De acuerdo con la doctora en lingüística, una acepción es cada uno de los significados realizados, aceptados y reconocidos por su uso. En nuestro país, todos los usos del vocablo “madre” están aceptados y se identifican fácilmente, pues es uno de los elementos principales de nuestro lenguaje coloquial.
En ese contexto, “madre” y sus derivados pueden significar cantidad, importancia, calidad moral, estado físico, sabor, estado emocional, rabietas; refiere accidentes y desorden, entre otros.
En México se utiliza como insulto: “mentar madres es muy usado, pero no somos los únicos; en España dicen ‘la madre que te parió’, también para insultar”, explicó Leonor Orozco.
Si alguien se golpea exclama “me di un madrazo” o “me partí la madre”. Cuando alguien tiene un salario bajo decimos: “gana una madre”. Si hay poco dinero, nada más “le queda una madre”. Si es poquito, una “minimadre” o una “madrecita”, y si es nada “no le queda ni madres”, pero si es mucho, es “un putamadral”.
En la parte negativa hay construcciones como “no tener madre” para decir que no se tiene vergüenza. Si es un patán, tiene “poca madre”; por el contrario, si es buena onda, es “a toda madre”. También se utiliza la palabra “desmadre” para citar el desorden.
Para resaltar las virtudes positivas de un objeto decimos “de poca madre”; si algo vale poco decimos “vale madre”, y de ahí se genera el “valemadrismo”. Si algo se arruinó se dice “valió madre”, para saber si alguien dice la verdad: “¿te cae de madre?”.
Leonor Orozco indicó que esta palabra también se usa como tratamiento genérico, pues en la calle alguien puede escuchar que le dicen “madre”, sólo por su edad. También expresa una situación de hartazgo: “estoy hasta la madre”, o para decir que alguien maneja rápido se dice “va hecho la madre”.
Si alguien bebe demasiado alcohol, “está hasta la madre”; si algo huele mal, “huele a madres”; si su sabor no es agradable, “sabe a madres”; para expresar escepticismo, “no te creo ni madres”; y al hacer una promesa, “te lo juro por mi madre”.
Las composiciones con el término son variadas y usadas en una serie de fraseologismos de diversos contextos. “A mí la que más me gusta es ultimadamadremente, que intensifica la palabra y se utiliza para cerrar una discusión”, acotó la investigadora universitaria.
Para conocer más sobre las acepciones lingüísticas del vocablo “madre”, consulta el Diccionario de Mexicanismos de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), y el Diccionario del Español de México de El Colegio de México (Colmex).
Por Sala de Prensa de la UNAM
Imagen: Sala de Prensa de la UNAM