La muerte de un joven identificado como Erick, ocurrida durante una riña en la comisaría de Dzununcán el pasado 29 de junio, ha generado una ola de indignación entre familiares, amigos y habitantes de la zona, quienes acusan a agentes de la Policía Estatal de Investigación (PEI) de corrupción, abuso de autoridad y actos de tortura.
Este viernes, los inconformes se manifestaron frente al complejo de seguridad de Mérida para exigir justicia. Según relataron testigos, tras la riña en la que también resultaron heridos varios vecinos, incluida una niña de seis años y una persona que continúa en coma, agentes estatales presuntamente incurrieron en detenciones arbitrarias y maltratos. Entre los casos más graves se encuentra el de Axel, familiar del joven fallecido, quien fue retirado del hospital sin explicación por policías encapuchados. Apareció 24 horas después, ensangrentado y con signos de tortura.
Durante la protesta, los manifestantes exigieron a las autoridades que se investigue la presunta complicidad de la policía en los hechos. La madre de Erick, acompañada de su abogada, fue recibida por el comandante Carlos Eduardo Flores Moo, subsecretario de Seguridad Pública, quien admitió la posible existencia de elementos corruptos en la corporación y se comprometió a tomar medidas.
Posteriormente, la madre del joven logró acceder a la carpeta de investigación en la Fiscalía General del Estado. Tras esa gestión, y en medio de un ambiente tenso pero pacífico, los manifestantes se retiraron del sitio.
Hasta el momento, no se ha reportado ninguna detención relacionada con el caso. Los familiares insisten en que no cesarán las protestas hasta que se esclarezcan los hechos y se sancione a los responsables.
